domingo, febrero 12, 2012

La política hipócrita

Es la tónica que parece haberse instalado en el país los últimos tiempos, el último exponente: la reforma de la Ley del Aborto anunciada por Alberto Ruiz Gallardón.

Hablamos de hipocresía porque no se trata de una reforma, sino de una derogación en toda regla: no se va a cambiar la normativa actual, sino a eliminarla por completo, para restaurar la vetusta y obsoleta normativa anterior. Dado que el señor Ministro de Justicia es fiscal de profesión, debemos suponer que conoce perfectamente las diferentes figuras legislativas, así que descartado que hable de “reforma” por desconocimiento, tenemos que pensar que lo hace por mala fe.

¿Y por qué iba a obrar con mala fe?, bueno, pues quizá para encubrir el auténtico objetivo que persigue Gallardón, que no es otro que volver a ilegalizar el aborto en España.
Nuestro hábil Ministro de Justicia, ha vendido el cambio legal de la siguiente forma: como algo obligado para que las menores de 16 años tengan que obtener la autorización paterna a la hora de interrumpir su embarazo. Dado que es el punto más polémico de la todavía vigente ley, con ese anuncio se ha puesto a gran parte de la población de su lado, de esta forma la gente asocia las dos ideas “reforma ley aborto” e “impedir menores abortar” y se queda tan agusto... quizá el día que decidamos leer más allá de los titulares, los políticos empiecen a tomarnos en serio, hasta entonces nos tratarán tal y como nos comportamos, como a borregos.

¿Qué por qué me meto contigo, amable lector?, bueno, básicamente por tragarte la cortina de humo de Gallardón sin pestañear, pero por si todavía no te has enterado de la jugarreta que te han hecho, te la explicaré:

La Ley de Plazos para la interrupción voluntaria del embarazo, la normativa vigente, establece que cualquier mujer es libre para interrumpir su embarazo, dentro de las primeras 14 semanas de gestación. Además se contempla como una prestación del Sistema Nacional de Salud, por lo que pueden acceder a la misma tanto la niña de papá como cualquier mindundi sin cuartos.

La Ley que va a impulsar Gallardón (recuerden, “para evitar que aborten las menores”), va a establecer que: “el aborto es un delito penal”... para abortar tendrás que estar dentro de uno de las excepciones que contempla la ley (riesgo para la salud de la madre, malformaciones del feto... etc).
Así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, pues ¿qué mejor forma de evitar que las menores tengan derecho a abortar que quitándole ese derecho a todo el mundo?

Y así nos van a quitar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, ilegalizándolo una vez más... y todo esto sin que ustedes, cenutrios ciudadanos, se hayan coscado de qué va el asunto.

Por supuesto todo esto es de cara a la galería: como en la anterior Ley de Supuestos, introducirán uno que sea “grave riesgo para la salud psicológica de la madre”, riesgo que no evaluará un comité médico independiente, sino la misma clínica autorizada para realizar la interrupción. ¿Se imagina el avispado lector cuantos casos de riesgo psicológico denegarán las clínicas privadas?, exacto, esos mismos (y si has pensado un número superior a cero, deja de leer, porque eres tonto y no tienes remedio).

En resumen, con la actual Ley, cualquier mujer mayor de edad tiene el derecho a interrumpir su embarazo durante las primeras 14 semanas, independientemente de su condición socioeconómica. Con la futura Ley, el aborto será un delito, pero cualquier mujer con dinero suficiente para costearse una clínica privada podrá seguir haciéndolo, ¡y sin límite de tiempo, oiga!.

Volvemos pues a dónde empezamos, a la hipocresía: de cara a los sectores conservadores, se habrá “ilegalizado” el aborto, unos contentos. De cara al resto de la sociedad, podrás seguir abortando en fraude de ley, si tienes el suficiente dinero, así que también contentos.

Ah, que faltan los que no se pueden pagar una clínica privada para cometer el fraude de ley... bueno, esos que se jodan y apechuguen con la Ley que los que tienen pasta se saltan a la torera.

¿Es o no es una política hipócrita?

Disfruten de lo votado.

Raúl Martín Fernández

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